7mo. Encuentro Internacional de
Educación Infantil “Arte en la Primera Infancia: debates teóricos y propuestas
didácticas”
“La música popular en la escuela infantil”
Tuve
el placer de asistir, el día 10 de mayo, a una conferencia a cargo de Elisabeth
Burba y el Chango Spasiuk, coordinada por Claudia Soto.
Elisabeth
Burba (Córdoba, Argentina) es profesora de música y licenciada en
psicopedagogía; actualmente directora suplente del Conservatorio Superior de
Música Félix Garzón.
Ella
comienza la conferencia diciendo que el título de la mesa la lleva a pensar en tres
conceptos difíciles, controvertidos, con acepciones y concepciones cambiantes a
través del tiempo:
·
Lo
popular, a veces usado como sinónimo de lo tradicional, también de lo
popularizado, de lo folklórico. Elisabeth pregunta ¿Todo lo popular es
tradicional? ¿Todo lo tradicional es popular? ¿Popular es folklórico? ¿Cuál es
la acción del mercado que populariza un producto? ¿Qué reciben nuestros niños
bajo la concepción de música popular?
·
Lo
infantil, que conlleva a plantearnos concepciones de infancia; una concepción
que ha cambiado a través del tiempo, no sólo en el ámbito pedagógico.
·
La
Identidad Cultural.
Continúa
explicando que la canción emerge como lo que es, “un hecho cultural”. Pero
muchas veces la convertimos en una canción funcional, repetida a veces al
descuido, con un tono enfático, “la lavamos de significación”. Por ejemplo el
cambio de letra de “Aserrín Aserrán”, por el de “A guardar, a guardar”
Elisabeth
desmitifica lo que se dice acerca de la duración de las canciones para niños,
justifica diciendo que los niños tranquilamente pueden cantar canciones enteras
de María Elena Walsh, o de cualquier artista del momento, motivo por el cual no
es necesario buscar canciones cortas para llevárselas a los niños.
Otros
interrogantes que plantea son: ¿Siempre tenemos que enseñar algo con la
canción? ¿Y el cantar por cantar, y compartir? Ella dice que con estas
preguntas comenzó a pensar en la música de su infancia. Esos tiempos tan
disfrutados y compartidos que le parecía que los chicos necesitaban. Entonces
recordó las rondas, los juegos, y comenzó a organizar su repertorio con la colaboración
de las familias. Luego empezó a suceder algo que llama “apropiación del
repertorio”, y se dio cuenta de que si no receptaban esas canciones era por
cómo se las estaban presentando. Entonces apareció la “contextualización del
repertorio”, esa construcción, reconstrucción y recreación significativa de los
contextos de donde emergen las canciones, como hechos culturales. Empezaron a
buscar informantes, convocaron a una empleada doméstica oriunda de Jujuy, a un
portero, a una chica venezolana, etc. Y comenzó a suceder algo que tenía que
pasar. Como maestros, el enriquecimiento de su propio aprendizaje sobre
aspectos referidos a contextos culturales, (una información que no siempre la
brinda el sistema de formación); la revalorización, en el ámbito escolar, de
personas de la comunidad. Cuenta que ellos podían aportar un bagaje cultural
desvalorizado hasta por ellos mismos.
Burba
dice que podemos caer en errores muy grandes por desconocimiento de términos y
de contexto. Da el ejemplo de un niño que le pregunta a su maestra qué era el
lagar (término utilizado en una canción), a lo que la docente responde con una
seguridad absoluta “es como un lago grande”. Utilizando este ejemplo dice que
debemos tener mucho cuidado con estas cuestiones.
Luego da a conocer
que realizó un trabajo llamado “El canto que la escuela se perdió”, todo el
folclore de los años ’60 y los ’70 que por distintas razones sociopolíticas no
ingresó a la escuela, pero que es riquísimo. Entonces recopiló cien canciones
entre las que describen el paisaje, los oficios perdidos y canciones de cuna o
de algunos personajes fuertes de la historia argentina.
Cuenta que este
trabajo presentado en congresos tuvo sus críticas. Algunos decían que los niños
no podían cantarlo, que era muy difícil, etc. La autora afirma que es cierto
que los niños no pueden cantar todo, pero considera que lo que no pueden cantar
son aquellas canciones que son pobres,
con falta de riqueza poética o musical, o letras inapropiadas, con un fuerte
contenido erótico.
Remarca el valor
de la copla con la que se pueden hacer infinidad de cosas en el jardín. Además,
habla de la importancia que tiene que las maestras de primeros grados sigan con
un ratito de canciones de cuna, de descanso, que se articule el Jardín con la
Primaria y no realicen un corte abrupto.
Finaliza diciendo:
“Sigamos cantando mucho, pero pensando qué, cómo y para qué”
Y con esa calidez
y ternura que transmite tanto al hablar como al cantar, comparte una frase que
dice:“Ahora voy a hablar del horizonte, no importa
que sea lejos, importa saber adónde”
Armando Tejada Gomez
A continuación
comienza a hablar el Chango Spasiuk (Misiones, Argentina) músico y compositor; quien dice que las
instituciones educativas miden todo a través de los resultados, pero que todo
lo que tiene que ver con el arte no se puede medir, no se puede fragmentar ni
se puede pensar. Porque es algo que impacta en el centro emocional de cada ser,
entonces como educadores tenemos la responsabilidad de comprender esto, que el
niño no es solamente un centro receptor de contenidos conceptuales e
intelectuales, sino que es un ser y no solamente lo que nosotros decimos
impregna en ellos sino también lo que nosotros sentimos, hacemos y pensamos.
Sostiene que la
música es abrir una puerta hacia otro lugar, y ese lugar no es conceptual, sino un lugar de “saboreo”.
Entonces dice que cuando nosotros nos relacionamos con los niños tenemos que
pensar que ellos no están conceptualizando esas impresiones, sino simplemente
las están saboreando; y posiblemente ese saboreo sea algo que les dure para
toda la vida.Asegura que
debemos replantearnos si nuestra mirada del mundo es pobre, o si somos rígidos,
o si somos flexibles, si todavía somos
capaces de pensar el mundo de una manera diferente. Además debemos pensar ¿Cómo
yo me relaciono con el arte? ¿Qué significa para mí la música, la pintura o la
poesía? ¿Hasta dónde eso es parte de mi cotidianeidad? Porque si uno no tiene
resuelto ese tipo de interrogantes, el niño va a percibirlo.
El Chango afirma
que en la dificultad está la posibilidad, que entre un mundo revuelto, lleno de
basura, están la esperanza, el anhelo, el deseo de querer otra cosa. Y nosotros
tenemos que profundizar en la sensibilidad.La música es una
oportunidad de reflexión colectiva, y no solamente la música cantada, sino que
en la música instrumental también hay un lenguaje. Da un ejemplo de una sala en
la que la maestra puso un tema de Spasiuk, y los niños comenzaron a dibujar
colores y diversas cosas, entonces explica que hay una sensibilidad que los
niños interpretan perfectamente.
Como adultos
debemos romper con esa estructura de que el mundo es así, la institución me
dice que es así, los libros me dicen que es así, y hay que hacer el intento de
resignificar las cosas y permitirnos incorporar nuevos conocimientos, para
mostrarle al niño que uno todavía tiene la capacidad de seguir aprendiendo
absolutamente todo.Dice que si nosotros
queremos que las cosas cambien, tenemos que pensar hasta dónde somos capaces de
cambiar.
Spasiuk sostiene
que los niños, más allá de la música creada especialmente para ellos, pueden
escuchar otras cosas como Beethoven, Mozart, porque tienen la capacidad de
recibir todo tipo de música. Continúa diciendo que la música y la clase de arte
son tan importantes para el niño como para el adulto, y si un niño es sensible,
no va a salir a la calle a romper todo, sino que la sensibilidad va a hacer que
conecten con el otro, que respeten al otro, y que salgan al mundo de otro modo.

Quizás con el afán
de contar el contenido de la conferencia, ya que me pareció muy interesante,
perdí un poco las sensaciones que generaron en mí estas dos personas tan
cálidas. Quiero contarles que a medida que avanzaba en sus explicaciones,
Elízabeth Burba ejemplificaba el contenido cantando, generando una distención
especial en la audiencia, y logrando una emoción absoluta. Por otro lado, el
Chango Spasiuk nos hizo reflexionar desde la sensibilidad que transmitía con su
palabra, logrando entre ambos un clima maravilloso para pensar y repensar cada
tema tratado en la conferencia.
Muchas gracias, y
hasta la próxima entrada
Marina
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