Videoconferencia
“Nombrar a los niños, entre la retórica y la política”, Mg.
Patricia Redondo
En la conferencia, Patricia Redondo plantea que por primera vez en las últimas décadas, se abre frente a nosotros en el horizonte la posibilidad cierta de achicar la brecha entre la normativa y la legislación vigente, expresadas en diferentes leyes ligadas a la protección de derechos de niños y niñas de la propia experiencia social de ser niños/as argentinos. Redondo afirma que después de 35 años ligados a la educación de la primera infancia, están frente a una oportunidad histórica de no dilatar más la resolución principal de problemas que afectan a las generaciones nuevas.
Para
esto es necesario profundizar la idea de que para alojar socialmente a los nuevos,
es necesario hacerlo desde una posición radical. Sostiene que es necesario
instalar en la sociedad argentina un nuevo “Nunca más”.Nunca
más niños pobres, nunca más familias que sobreviven cada día, nunca más niños
en cautiverio bajo el servicio penitenciario nacional, nunca más niños de zonas
rurales trabajando, nunca más la indigencia de los niños wichis, tobas,
mapuches, o cualquiera de los pueblos originarios; nunca más niños apropiados,
niños desaparecidos; nunca más niños mercantilizados, traficados; nunca más
niños fallecidos por muertes evitables.
Para
lo que propone producir un movimiento político, pedagógico, cultural y social.
Tejer una urdimbre, un sostén que permita, frente a la adversidad, construir
salidas colectivas.
Para
pensar este movimiento toma las palabras de John Berger, quien nombra a un
movimiento como una descripción de un gran grupo de personas que colectivamente
se mueven hacia un objetivo definido, que pueden o no lograr. Pero dicha
descripción no tiene en cuenta las innumerables decisiones personales, los
encuentros, los sacrificios, los nuevos deseos, los pesares y las memorias que
ese movimiento hace emerger.
Debemos
poner sobre el tapete cómo se está construyendo en la Argentina el discurso
sobre la infancia. Hace tiempo que los discursos sobre la infancia se clausuran
en sí mismos y todos asentimos.
Redondo
afirma que es necesario alterar nuestra posición respecto de los niños, pero
antes alterar nuestra posición política respecto a las concepciones de la
pobreza, la marginalidad y destrucción.
Si
no discutimos nuestras representaciones sobre los grupos familiares y las
comunidades, seguiremos teniendo esta escuela tachada que sigue siendo eficaz
en la segregación, en la estigmatización y en la discriminación.
Habla
de la importancia de entender que no debemos cargarnos de retóricas, sino
abandonarlas y asumir un juicio crítico, propio, colectivo.
Afirma
que aún hoy la brecha sigue siendo demasiado amplia, y se tiene que tornar
insoportable para nosotros que todavía hayan niños que trabajan, que mendigan,
que están en un extremo límite.
Es
necesario juntar la enunciación de los derechos con la materialidad de los
mismos.
Habla
de la ausencia inadmisible de la educación Maternal a lo largo y ancho del
país; y de un Estado ausente a nivel nacional de una regulación de la educación
temprana.
Sostiene
que no hay educación sin política, y no hay política dirigida a la infancia que
no tenga que contemplar la distribución del reconocimiento. Luego afirma que
debemos salir de la pecera y discutir en el campo de la política, en el campo
de la economía, de qué se trata hoy alimentar a la niñez, y cuáles son las
prácticas que podemos en nuestras comunidades tener a mano; y discutir en los
consejos escolares los montos que se dirigen a los alimentos. Dice
que hay que tomarse el tiempo para estudiar, que hay que disfrutar de la escritura,
porque es la pintura del pensamiento.
Y
finaliza la conferencia con una frase que, al menos a mí, me dejó pensando:“Si
a los educadores los despojan de la escritura, nos despojan del pensamiento”
Saludos, y hasta la próxima entrada.
Marina
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